¿CÓMO AFECTA EL USO EXCESIVO DE LOS JUGUETES TECNOLÓGICOS EN LOS NIÑOS?
Hoy en día, podemos encontrar elementos tecnológicos en todos los entornos de nuestra vida: en el hogar, en el trabajo o centro escolar, en lugares de ocio, etc. En el caso de los niños, especialmente en el ámbito lúdico, cada vez encontramos más juguetes tecnológicos en las tiendas y en publicidad.
Esta nueva forma de fabricar juguetes no tiene por qué tener consecuencias malas. Sin embargo, debemos tener en cuenta algunos problemas que pueden surgir si el uso de estos juguetes se convierte en algo excesivo:
-Para empezar, emplear demasiado tiempo en el uso de estos juguetes puede ocasionar un menor rendimiento académico.
-Los niños menores de 3 años que han sido expuestos en gran medida a la tecnología pueden tener problemas como TDAH y retrasos cognitivos.
-Pueden causar problemas de insomnio.
-Transportan a los niños a un mundo paralelo que no se corresponde con la realidad.
-Los niños exigen respuestas inmediatas como ocurre en los juegos.
-Pueden tener problemas en la realización de tareas que impliquen concentración o esfuerzo por su parte.
-Los juguetes tecnológicos suelen estar destinados al uso individual, por lo que pueden afectar al desarrollo de las relaciones sociales de los niños.
-Limitan el desarrollo de la creatividad.
-Valores como la empatía no son reforzados de la misma manera que con los juguetes tradicionales.
Esto no quiere decir que debamos descartar el uso de este tipo de juguetes por completo. Algunos pueden ser muy educativos a la vez que entretenidos, e incluso pueden estar destinados a trabajar con niños con determinados trastornos como TEA.
En mi opinión, aunque la tecnología no debe usarse de forma abusiva ni sustituir al juguete tradicional, siempre que se utilice con moderación puede ayudar a completar el aprendizaje del niño. Además, los niños deben aprender a utilizar la tecnología de forma segura para poder ser competentes en este ámbito en su futuro.

Esta nueva forma de fabricar juguetes no tiene por qué tener consecuencias malas. Sin embargo, debemos tener en cuenta algunos problemas que pueden surgir si el uso de estos juguetes se convierte en algo excesivo:
-Para empezar, emplear demasiado tiempo en el uso de estos juguetes puede ocasionar un menor rendimiento académico.
-Los niños menores de 3 años que han sido expuestos en gran medida a la tecnología pueden tener problemas como TDAH y retrasos cognitivos.
-Pueden causar problemas de insomnio.
-Transportan a los niños a un mundo paralelo que no se corresponde con la realidad.
-Los niños exigen respuestas inmediatas como ocurre en los juegos.
-Pueden tener problemas en la realización de tareas que impliquen concentración o esfuerzo por su parte.
-Los juguetes tecnológicos suelen estar destinados al uso individual, por lo que pueden afectar al desarrollo de las relaciones sociales de los niños.
-Limitan el desarrollo de la creatividad.
-Valores como la empatía no son reforzados de la misma manera que con los juguetes tradicionales.
Esto no quiere decir que debamos descartar el uso de este tipo de juguetes por completo. Algunos pueden ser muy educativos a la vez que entretenidos, e incluso pueden estar destinados a trabajar con niños con determinados trastornos como TEA.
En mi opinión, aunque la tecnología no debe usarse de forma abusiva ni sustituir al juguete tradicional, siempre que se utilice con moderación puede ayudar a completar el aprendizaje del niño. Además, los niños deben aprender a utilizar la tecnología de forma segura para poder ser competentes en este ámbito en su futuro.

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